El mundo de hoy es tan estresante, loco, acelerado, inconsciente, que es muy difícil tener tranquilidad, en medio de tanto caos, un caos que no nos permite vivir en paz, generando un estado de gran activación emocional, que nos induce a tener miedo o aprehensión frente a la vida. Describo la ansiedad, como un grito de un alma apresada en su deseo de ser, mas no ser. Los estados físicos de la ansiedad son complejos y denotan ciertas características, que sofocan interiormente a las personas.
Yo sufro de ansiedad, así como millones de personas en el mundo y comprenderla me llevó años de angustia y desespero, para no dejarme arrastrar de ella y su poder devastador para el alma.
La ansiedad siempre estará ahí en mi vida, recordándome que existe. Sus gritos siguen apareciendo. Es escandalosa, destructiva, genera miedos irracionales, aprensiva, desconfiada, y suspicaz.
Al principio cuando la descubrí a través de ataques de pánico, sufría mucho porque no entendía qué me estaba pasando. Varias veces tuve que ir a la clínica de urgencias, pensando que me estaba volviendo loco. Me repetía una y otra vez “¿por qué a mí?”
Pasé por varios psiquiatras buscando respuestas que no encontraba, hasta que conocí a una gran profesional en psicología, una mujer valiente que había luchado contra un cáncer muy invasivo, del que salió avante gracias a su espíritu de lucha y a una inquebrantable fe que le permitió superar una experiencia tan dura.
Para ella en el camino espiritual está la verdad de la divinidad. Para lograr ese reencuentro con mi alma, era vital comenzar un proceso de sanación para el cual recurrí a los siguientes pasos:
- Visión optimista. En las mañanas antes de levantarme, siempre debía visualizar un día feliz y hermoso.
- Tomar mucha agua. El agua repara el cuerpo, la mente, es un gran sanador.
- Practicar deporte apoya al proceso de sanación de la mente.
- Meditar “calma a la loca de la casa”, como lo decía tan bellamente Sor Juana Inés de la Cruz.
- Respirar de manera consciente. Respirar es vida y calma los estados más alterados de la mente, como la ansiedad o los ataques de pánico.
Extracto tomado del libro “Desahógate- Despierta Ya” libro de Carlos Sánchez Ortiz.